soy sgroya


Apareceré repentinamente en la fría ruta de
los caminantes.
Soy quien te mereces que sea, soy la Dama de las Nieves, la Diosa del Volcán, soy el
pecado y la absolución, soy tu destino, soy tu venganza y tu rencor, soy la
feminidad. Soy… Sgroya!!!!


jueves, 29 de marzo de 2012

Cap. I- soy Sgroya






Apareció repentinamente en la fría ruta de los caminantes. Su piel era de un blanco casi perturbador, una cascada plateada emanaba desde su cabeza deslizándose por los hombros hasta convertir sus senos en una sensual insinuación. Su cuerpo estaba cubierto por una túnica blanca sutilmente transparente bordada con hilo de luz que destellaba con cada movimiento, su cuerpo parecía esculpido en hielo, o quizá lo estaba...

Las hojas de los árboles yacían totalmente inmóviles, era evidente que no hacia viento, sin embargo, su atuendo y su cabellera danzaban al son de una ventisca imaginaria. Iba descalza, sus pies parecían no poder mezclarse con el barrizal que cubría todo el camino, no levitaba, pero lo parecía.

Ella levantó levemente el rostro en el instante en que él estaba escudriñando con la mirada en busca de unos ojos.

El pelo le ondeaba por delante de la cara, alzó su mano blanquecina y retiró el mechón con tal suavidad que pareció una caricia a los ojos del Capitan.

Sus mejillas estaban sonrojadas como sucede en los días mas gélidos de invierno, su nariz era pequeña y perfectamente armonizada con el resto de su fisonomía. El capitán se mordió el labio inferior, pero en realidad habría mordido otro que no fuera el suyo… Cuando por fin descubrió esos ojos que tanto anhelaba, se encontró con todo un océano, el azul era tan intenso que no parecía azul, le pareció un color nuevo, uno que no había visto hasta el momento, incluso después de haber viajado a través de los dos mundos y de haber cruzado gran parte del bimundo, jamás había visto un color que transmitiera sabor, olor y sonido, nunca jamás lo había visto, ni sentido, antes.
La belleza de su rostro era tal que le resultó casi dolorosa
Se estremeció cuando comprendió que el sonido que escuchaba procedía de su propio pecho…

De repente, como si alguien se hubiera colado en sus pensamientos para dibujárselo, lo vislumbró con claridad. Iba a ser irremediablemente arrastrado por su sensualidad y dulzura, iba a ser complacido con infinitos placeres eróticos, iba a enamorarse hasta enloquecer… y cuando estuviera bajo el absoluto embrujo de ese ser celestial, ELLA se volverá gélida e impasible hacia él, en el mejor de los casos se volverá loco y vagará sin rumbo buscando ese color de sensaciones, que ahora ya había conocido, en los ojos de todas las féminas con las que se cruzara, evidentemente sabía que nunca lo encontraría. En el peor de los casos ella convertirá su cuerpo en una arma de hielo y le mutilará dejándolo incapaz de establecer relación con cualquier otra doncella… o muchacho.

Se encontró sopesando ambas posibilidades, como su tuviera poder para decidir cuál iba a ser su sino…

Ella alzó lentamente ambas manos a la vez como el que invita a regalar un abrazo, un miedo indescriptible se apoderó del Capitan, por un momento pensó que iba a desvanecerse, pero no fue así, aunque lo hubiera preferido, sintió deseo y terror, atracción y miedo, excitación y pánico pero sobretodo pudo sentir como la vida se le estaba escapando.

– quien eres? esto es por" lo" de Jeney, verdad? - Pregunto con su último aliento de consciencia.

Ella sonrió, su sonrisa era una mezcla de dulzura y picaresca de quien está a punto de salirse con la suya, ladeó la cabeza ligeramente hacia la derecha y le dijo:
Soy quien te mereces que sea, soy la Dama de las Nieves, la Diosa del Volcán, soy el pecado y la absolución, soy tu destino, soy tu venganza y tu rencor, soy la feminidad - Sus ojos se tornaron gris niebla - Soy… Sgroya!!